jueves, 1 de marzo de 2018

El gran fraude.


Febrero es el mes del amor pero para la novela romántica ha sido un mes de pocas celebraciones.

Todo empezó a complicarse con la publicación en el blog «Desmontando a Norah Carter (con pruebas)» el nueve de febrero. En este blog, Patricia Roldán, una lectora, denunció que esta autora y Mónika Hoff habían plagiado la novela Sealed With A Kiss, de la autora neozelandesa Leeanna Morgan. Se tradujo el texto del inglés al español, se le cambió el título Ahora tú y se publicó en Amazon bajo el nombre de Karla Trier, que resultó ser el pseudónimo elegido por Norah Carter para autopublicar sin sello editorial, como ella misma hizo saber a sus seguidores en Facebook. 

Esa lectora nos explica en su blog que comenzó a investigar cuando compró dos novelas con títulos diferentes en tiempos distintos, lanzadas ambas como novedad y cuyo contenido era idéntico.


En su solitaria investigación, con pocos apoyos, todo hay que decirlo, se encontró con otra acusación de plagio: la que hacía Tatiana Martínez, vía facebook, de la novela Atrapada en mí, de Oscary Arrollo, publicada en 2014 y que se publicó este mismo mes bajo el título Desde que te conocí de Carter Hoff.

Empezaban a aparecer pruebas de que había algo más que extraño tras los nombres de estas dos autoras que todas las semanas invadían la plataforma con novedades, «escribiendo» a una velocidad que dejaba a la altura del betún al prolífico Lope de Vega.

Cuando alguien levantaba la voz, planteando que ese ritmo y esas posiciones en los rankins no eran normales, ellas alegaban que había mucha envidia.
Estas acusaciones, más todas las que le hicieron llegar de forma privada  al blog de Patricia Roldán, según ella misma comenta, dieron lugar a un primer comunicado de Norah Carter que reconocía haber comprado los derechos de una obra escrita por otro, que a su vez, tampoco había escrito él, se había limitado a traducir la de Leanna Morgan.
Así, tan surrealista como suena.

En su investigación también le llamó la atención que novelas que estaban en el puesto 12472 como Tras un invierno, un verano en tu corazón de Mónica Hoff, subieran sin estar motivado por un Kindle Flash u otro tipo de descuento, al puesto 25. Esto es algo casi milagroso. Hacen falta muchas ventas para entrar en el top.

Con tantas historias extrañas, Facebook se convirtió durante unos días en un patio alborotado y a mí todo esto me llamó la atención. No podía creer todo lo que estaba sucediendo, pero las pruebas parecían concluyentes. De hecho, tropecé con una página que también hablaba bastante del tema https://www.facebook.com/Togadasdesdelaraya/, que publicó el 13 de febrero una lista con todos los nombres que según el registro www.safecreative.org, llevaban a una única persona: un nombre masculino que ha desaparecido hasta de la plataforma.

A día de hoy, la mayoría de esos autores y sus libros, se han evaporado de Amazon. Si se buscan en Google, están ahí, pero si se siguen los enlaces la página devuelve un mensaje de error.

Entre tanta noticia, la autora Mercedes Pinto, publicó en su blog una interesante entrada «Siete prácticas habituales de escritores tramposos en Amazon» https://mercedespinto.wordpress.com/2018/02/13/7-practicas-habituales-de-los-escritores-tramposos-en-amazon/
En ella nos detalla las compras de falsas reseñas, los comentarios negativos, la estafa con las páginas leídas en Kindle Unlimited, merece la pena leer lo que ella ha escrito.

Otra lectora Iriaxte Ortiz Carreño, publicó en su muro varias cosas curiosas: Fallingforyou, de Alice Smith, se vende a nombre de Ella Smith. Título en inglés, pésima traducción al español. ¿De dónde ha salido? En su muro encontré la publicación que Melanie Alexander hizo en su blog, que dejaba resumen del culebrón.
Más historias, en el blog «El mundo Maritere, https://maritere81.blogspot.com.es/2018/02/norah-carter-y-monika-hoff.html la autora escribe un magnífico artículo sobre el tema, aclarando que Oscary Arrollo, que he mencionado al comienzo como escritora plagiada, resultó estar en nómina de estas escritoras, cobrando 80.000 bolívares al mes, ,menos de lo que cuesta un café en España, por ceder sus obras y seguir escribiendo.

Con tantos perfiles y pseudónimos, con métodos fraudulentos, acaparaban los primeros puestos de romántica, escondiendo a los autores que realmente habían escrito sus libros.No voy a negar que tenían sus seguidores, sus blogs afines, y han ganado mucho dinero, pero da mucha tristeza.
Muchos escritores de romántica veían cada día como estas novelas sencillas, fáciles de leer, acaparaban los primeros puestos. Unos observaban cosas raras, como que no apareciesen en las redes sociales, que muchos de los autores no tuviesen página en Facebook, que publicasen varios títulos a la semana, que no obtuviesen comentarios, pero otros, simplemente, creían que tenían su público.

No voy a entrar en la situación legal y ética. En unos casos han reconocido, sin querer, en sus comunicados que tienen lo que comúnmente se llama un «negro» que les escribe las obras que luego publican con alguno de sus pseudónimos, y en otros, compraban obras de otros autores, las publicaban bajo su nombre y no les reconocían la autoría, tal y como recoge la ley de propiedad intelectual. Todos los comunicados han desaparecido, como sus libros, por lo que no puedo citarlos en este artículo.

Cuando ya daba por acabada la labor de recopilación para este artículo, me envían esta mañana el enlace de Good Reads de un libro Deseo contenido, de Inma Black en el que el único comentario que tiene afirma que es un plagio de otra obra de Barbara McMahon Luces Y Sombras. de Harlequin, un libro antiguo.
Investigando un poco (diez minutos) se puede encontrar que ese libro ya no existe en Amazon, como la mayoría de los de esta autora. Solo se mantiene uno de ellos, Chico de alquiler, cuyo título se parece de manera sospechosa a otro de una autora conocida, y cuya sinopsis no dista mucho tampoco, aunque he podido comprobar que no es igual. Sin embargo en esa comprobación observo estupefacta que tiene un comentario de enero mientras que la fecha del registro es del 26 de febrero. 

Y algo más. La persona que  hace ese único comentario tiene muy mala suerte: todos los libros que ha comentado han desaparecido del catálogo de la plataforma.

Esto me demuestra que aquí hay mucho más escondido de lo que ya se ha ido descubriendo a lo largo de este mes, pero que tal vez haya servido para que muchos autores pierdan el miedo a hablar, miedo por otro lado bastante lógico, porque es fácil denunciar y que te bloqueen en las redes sociales y que los largos tentáculos del mal te hagan comentarios negativos en las plataformas de difusión, que hundan tus ventas y, lo que es peor, tu buen nombre.

Es labor de todos conseguir que continúe la limpieza, pero el mayor poder lo tienen las plataformas de venta, exigiendo todo lo que esté en su mano para que esto no siga ocurriendo.

4 comentarios:

  1. Almudena, en un mundo corrupto, esperabas que Amazon se iba a librar.
    A veces en dan ganas de dedicarme a pintar y a coleccionar sellos y no volver a saber nada de escribir. Creo que lo haré más pronto que tarde. Estoy harta de ver mediocres encumbrados.
    En mi juventud soñaba con cambiar el mundo, incluso fui revolucionaria por ello. En la madurez, sabía que no era posible, pero seguía intentándolo. A las puertas de mi vejez, estoy harta y con ganas de salir corriendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tenía la tonta esperanza de que lo ocurrido en el mes de febrero podía cambiar las cosas, pero ya veo que no. Ya han vuelto a aparecer en Amazon. Muy triste.

      Eliminar
  2. Lo peor, la sensación que tengo, es que esto no se ha acabado. Esto no ha hecho nada más que empezar y la verdad es que me siento mal, porque era una opción maravillosa para la gente que escribe y a quien le cuesta encontrar un hueco a algunas novelas que no tienen fácil lo de entrar en un catálogo. Ahora tampoco es opción para esas, porque mucha gente ha perdido la confianza en la plataforma.

    Yo misma...

    En lo que va de año solo he leído a tres autoras a las que ya había leído y porque confío en ellas. No me atrevo a comprar un libro porque, sinceramente, no sé qué me voy a encontrar. He vuelto al papel.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuanto más conozco este mundillo, más me asquea. Menos mal que me ha servido para conocer a gente buena.

      Eliminar