lunes, 20 de noviembre de 2017

Manuela cumple dos años

Querida Manuela:
Hace muy poquitos días que has cumplido dos años y esta vez sí que has tenido noción de que algo diferente ocurría.
Has cambiado mucho, y no me refiero a físicamente. Te has convertido en una niña más sociable, que disfruta en la escuela infantil, jugando con sus compañeros y que corres al encuentro de la gente querida para darles besos y abrazos.
Hablas poco pero tienes una expresividad en la cara que te hace ser comprendida con pocas palabras. Te ríes por todo, aunque también tienes un carácter fuerte y quieres imponer tu voluntad, o al menos lo intentas.
Te gusta muchísimo hablar por teléfono, en tu idioma, del que no tenemos traductor, y escuchar una y otra vez los mensajes de voz que te enviamos.
Te encanta mirar como papá hace construcciones, con la meticulosidad que le caracteriza, para luego destruirlas con una patada y una enorme carcajada.
Te gusta cantar, bailar y disfrazarte. El día de tu fiesta te vistieron de princesa con una capa con estrellas y en la escuela infantil te coronaron y  tus compañeros te cantaron el cumpleaños feliz.
Pensábamos que eras pequeña para los álbumes de cromos, pero te encanta pasar las páginas del de Gorjus que te regalé, y buscar el cromo del perrito, al que das un beso. Tú los llamas pegatinas y te tiene que ayudar mamá, porque los pegas en cualquier sitio, pero disfrutas abriendo los sobres y rellenando huecos.
Con tu prima Almudena, la bebé, tienes verdadera pasión, aunque no te gusta que papá la tenga demasiado tiempo en sus brazos. Tu papá es tuyo.
Tu sillita de pasear muñecos te sirve para ir recogiendo todo lo que encuentras en el suelo y te gusta. Se puede encontrar en ella un muñeco, una galleta, una fruta y casi cualquier cosa que quepa. Por eso han decidido ampliar el volumen y regalarte un coche de capota, para que te quepa todo.
Has descubierto lo divertido que es hacer puzles y mirar cuentos, aunque te gusta más que te los lea mamá.
Disfrutaste con tu fiesta, con las celebraciones y con los regalos. La guinda fue la bicicleta que te regalo la tía Almu, tu primera bicicleta, a la que te subiste sin dejarnos quitar las cintas y lazos de regalo.
Así eres, una niña feliz que no recordará nada de lo que te estoy contando porque eres pequeña para tener recuerdos, pero para eso están mis cartas.

¡Un millón de besos!

2 comentarios:

  1. El próximo verano no me las pierdo a las tres jugando en la urba. Son unas niñas sociables que mantienen conversaciones a su manera con los adultos. Claro que tienen una buena maestra, y no me refiero a la abuela, sinoa Victoria que fue la primera en llegar.
    Felicidades, Manuela. Nos debemos un achuchón.

    ResponderEliminar