martes, 29 de agosto de 2017

Azul tormenta, lluvia añil. Mi opinión.

«Azul tormenta, lluvia añil» de A. V. San Martín.

No recuerdo cómo llegó a mi pequeña biblioteca digital esta novela, ni porqué empecé a seguir a su autora, conocida o amiga de alguien a quien ya conocía.
Si sé que elegí su lectura porque pasando páginas en mi lector electrónico,  para decidir cuál iba a leer, siempre se me abría ésta, sin yo querer, y me pareció que era la señal de que había llegado su momento.

Sinopsis:

¿Y si existiera la posibilidad de retroceder al pasado y corregir los errores cometidos? ¿Y si la mayor equivocación hubiera sido enamorarse de la persona incorrecta? ¿Cómo evitarías volver a hacerlo? ¿Cómo lo alejarías de tu vida?

Ana lleva escrito en su mirada la derrota. Su cuerpo soporta las huellas indelebles de los miles de golpes recibidos. Gastada y vencida deja que se escape cualquier signo de resistencia y deja de luchar por una vida que parece que ya no le pertenece, pero... a veces de los peores instantes y las épocas más lúgubres surgen las posibilidades más prodigiosas. ¿Se puede renacer de las cenizas? Ana descubre, tras despertar, que es 1999 de nuevo y vuelve a tener 18 años. Pese al misterio que entraña este retroceso en el tiempo, trata de sacar el máximo partido a esta segunda oportunidad reviviendo su etapa universitaria y sobretodo, alejando de su vida al hombre que la torturó, humilló y maltrató durante ocho años de matrimonio.


Mi opinión:

Partiendo de una premisa que me pareció absurda, la lectura me fue envolviendo en la historia, hasta hacerme casi olvidar ese comienzo, al que empecé a buscarle explicación.

Una historia dura, en la que se sufre con Ana, la protagonista, en cada desplante, en cada paliza.

Una historia tierna, en la que Ana tiene el privilegio de volver a tener dieciocho años, pero recordando todo lo vivido en los años posteriores, por lo que la amistad y el amor, se valoran de forma muy diferente.

Nos hace recordar un mundo que no es tan lejano en el tiempo, en el que los móviles estaban comenzando, las conexiones a internet no estaban generalizadas y el wasap no existía. 

Y así, página a página, nos va contando su historia, durísima, pero trasmitida de manera que no se convierta en una lectura desagradable.

Me han resultado pesados algunos pasajes en los que Ana, que cuenta la historia en primera persona, divaga por sus pensamientos.

Un par de giros importantes, poco antes del final, ponen un broche de oro a esta lectura.

A pesar de tener el maltrato como fondo es, ante todo, una novela de amor, amistad y compañerismo.

Bien escrita, muy cuidada.

Es una lectura muy recomendable.



domingo, 27 de agosto de 2017

Misa fin de verano.


Esta mañana se ha celebrado en la urbanización en la que paso el verano desde hace muchos años, la misa que marca el final de esta época vacacional. 

Es algo que ha quedado como recuerdo de lo que fue, y ya no es, esta comunidad. 
Esto era un como un pequeño pueblo, en el que nos conocíamos todos y, para la mayoría, era nuestra segunda residencia, en la que huir de Madrid, los fines de semana y las vacaciones.

En la actualidad, pocos quedamos de esos vecinos “fundadores” (nosotros o nuestros padres) y ahora es la vivienda habitual de muchos, un diez por ciento musulmanes, un veinte de búlgaros, algún sudamericano y, la última incorporación, una familia china. Viviendas humildes por su falta de infraestructura en unos edificios que se han quedado anticuados, con cuatro alturas sin posibilidad de ascensor, fachadas con cámara de aire escasa y rodeados de chalets, en lugar de prados, eso sí, con una magnífica zona común.

Antes, durante todo el mes de agosto, organizábamos diferentes fiestas y eventos, como olimpiadas infantiles, concursos, campeonatos de cartas y dominó, merendolas y fiesta de disfraces para los más pequeños. Todo esto se cerraba, el último sábado de agosto, con la celebración de la misa en la terraza del club social, la entrega de trofeos y una cena al aire libre.

Ahora, como digo, sólo queda la misa y por el empeño que pone la organizadora, Isabel, que año tras año, habla con el párroco del pueblo para que la oficie.
Yo acudo, por respeto hacia quien lo hace, y se mezclan en mi cabeza la nostalgia, el recuerdo y la pena.

Nostalgia de lo que fue y ya no es. Las niñas, nuestras hijas, hoy madres, ensayando varios días antes para acompañar con un magnífico coro; la gente de pie, porque no había sillas para todos; el altar decorado con rosas de nuestros rosales, que ya no existen porque el vandalismo de los chavales, que no respetan ningún espacio con los balones de fútbol, los han ido matando y nadie los ha repuesto.

Recuerdo de lo mucho que he disfrutado a lo largo de todos estos años.

Y pena porque, si hubiésemos puesto una silla vacía por cada miembro querido de nuestra comunidad que ya no está, incluidos mis padres, no habríamos tenido sillas suficientes.
Pero, como hay que ser positivo, un año más he asistido a esta misa diferente, en la que la media de edad es octogenaria, por lo que a mí me llaman la niña. Haciendo un cálculo rápido, los asistentes, pocos más de cincuenta, sumaban cuatro mil años.

Con la esperanza de la renovación, tanto arquitectónica como, lo que es más importante, viviendo la alegría de nuestros nietos disfrutando otra vez de estos espacios, empezamos a poner punto final a este verano, en este lugar especial.






miércoles, 23 de agosto de 2017

Tres años después (Carta a mi madre)


Me parece increíble que hayan pasado mil noventa y seis días sin que estés conmigo, con nosotros.
No sé porqué este verano me he acordado muchas más veces de ti.
Te he recordado el día que hice arroz con conejo porque a Carlos y a Mónica les encanta, y siempre pienso que no he conseguido igualarte. O cuando juego al escondite con Victoria y con Manuela, como hacías en tu casa con mis hijos, o el día de La Paloma, tan especial…Y cuando veo a tus amigas, las que yo llamo «de la quinta edad» jugar a las cartas.
También cuando le canto «La ovejita Lucera» a Almudena para que se duerma, siguiendo la tradición que tu iniciaste con su madre y sí, antes de que lo preguntes, sigo cantando igual de mal, pero la pobre es un bebé y no se sabe quejar, así que cierra los ojos por aburrimiento.
¿Qué te puedo contar de tus biznietas? Son muy diferentes.

Victoria se nos está haciendo mayor, razona mucho, se enfada, es bastante cabezota, le gusta ver fotos y vídeos en el móvil de su abuelo, que le leamos cuentos y, sobre todo, le encanta la música y bailar.
Manuela es alegre y testaruda. Le gusta caminar libre, que no le den la mano, no habla casi nada, pero se explica perfectamente y come regular…si, ya sé que estás pensando que es igual que su padre, por el que siente verdadera locura. Por cierto, también tiene su pelo, sus rizos.
Tiene pasión por su prima Almu y no veas como maneja el móvil buscando sus dibujos preferidos, deslizando su dedito.
De Almudena sólo puedo contarte maravillas. Es un bebé bueno, duerme bien, come bien, tiene una sonrisa encantadora, está siempre contenta y es extraño oírla llorar. Está rolliza y tiene la piel morenita, de tanto estar al aire libre. Es muy rubia y nos tiene a todos embobados.
Me gustaría hablarlas de ti, que te conozcan, pero son todavía muy pequeñas. Victoria, que es la mayor, todavía no tiene claro que yo pueda ser, además de su abuela, la madre de su mamá y del tío Carlos y que me llame Almudena como su hermanita. Esperaré a que puedan entender quien eres y lo que significas en nuestras vidas.
Te puedes imaginar que tus nietos están felices con las familias tan maravillosas que han formado y nosotros con ellos.
Ari, que acaba de volver de Cantabria y se vuelve a ir, creo que a Malta, está contenta con su trabajo y con su chico y disfruta de sus sobrinas siempre que tiene un huequito.
Y aquí seguimos, viviendo con intensidad cada día, los buenos y los menos buenos, que los hay, y añorándote, muchísimo.

Un beso, mamá.

domingo, 20 de agosto de 2017

Una de las tres: Mi opinión


Conocí a Mercedes Pinto con “Maldita” y me quedé enamorada del personaje de Lucía y de la forma de escribir de esta autora.
He leído varios libros suyos, todos muy diferentes y tocando géneros dispares.
Frecuento su blog “soy mi palabra” y sus comentarios en las redes sociales.

Os comento mi opinión sobre su último libro publicado.

de Mercedes Pinto.


Argumento:

Separadas tras la muerte de su madre rumana, las trillizas Simona, Irina y Angela se crían en Gran Bretaña e Irlanda, sin saber de su existencia mutua, pero con la intensa sensación de que hay un vacío en sus vidas, una percepción que se desvanece entre sus dedos sin que logren darle sentido. Por eso, cuando ya de adultas una serie de coincidencias las lleva a conocerse, las tres se ven embargadas por la dicha y no tardan en restablecer una relación que nunca debió quebrarse.

Sin embargo, su encuentro revelará que en sus vidas han acabado atrapadas en las redes de hombres indeseables que amenazan con arruinarlas. Hombres peligrosos que las acechan y chantajean. Conjuradas, las hermanas decidirán ayudarse mutuamente a deshacerse de ellos y de su influencia mortal, sin saber que con ello desatarán una trama sembrada de muertes y traiciones, cuyo desenlace esconde giros insospechados, los despojos de una vida llena de secretos.


Esta novela me ha sorprendido porque no es ni parecida a lo que había leído anteriormente de Mercedes.

Tenía para mí un interés añadido, ya que soy gemela, y al tratarse de trillizas, me atraía lo que pudiese contar de este vínculo tan especial y, debo decir, que ha salido airosa.

En la primera parte, nos describe la personalidad de las tres hermanas, sus historias y la de sus familias.
Según va avanzando, se convierte en una novela de intriga, en la que nada es lo que parece, aunque no es difícil de imaginar, mucho antes del desenlace, lo que realmente está sucediendo, dando algún giro con sorpresa, para atrapar al lector.

Es, en mi opinión, una novela que se ha quedado corta. Son tantos los personajes de los que hace un breve perfil psicológico, que sabe a poco.
Pasa de puntillas por temas muy complejos como la adopción, el maltrato infantil, la violencia de género, la eutanasia, la manipulación, la extorsión y, por supuesto, el amor y la amistad.

Quizás sus 339 páginas podían haber sido 500, y no exagero nada, y habríamos podido conocer mejor a Ángela, Irina y Simona, a sus padres adoptivos, y sus diferentes vidas.

Sobre cada una de las hermanas, hay algún detalle que no me cuadra con su carácter, pero no se puede prever cómo va a actuar una persona cuando vive situaciones límite.

Es, en resumen, un libro que merece la pena leerse, tanto, como para haber deseado un poco más.


Una curiosidad: Me he quedado intrigada con la portada. ¿Por qué la cara de la mujer no es rubia con ojos verdes, si las tres hermanas lo son? 

martes, 8 de agosto de 2017

El Noviembre de KATE: Mi opinión.

El Noviembre de KATE, de Mónica Gutiérrez.

De este libro me gustaron el título, ya que noviembre es mi mes, la portada, sencilla,  y que viniese recomendado por amigas con gustos afines a los míos.

En mi larga lista de espera, encontró su momento después de una lectura intensa. Necesitaba algo agradable y fácil.

Es el primero que leo de esta autora y me ha gustado mucho su forma de escribir y sus guiños, en forma de comentarios, al lector.

Escrito en primera persona por cada uno de los dos protagonistas, alternando sus capítulos son, desde el primer momento, unos personajes cercanos a los que nos apetece conocer más.

A lo largo de la novela nos va insertando temas tan interesantes como el cariño fraternal, la verdadera amistad, el compañerismo, la venganza, la falta de autoestima, la presión laboral, el miedo ante los cambios, la cobardía, los legados familiares, los favoritismos hacia un hijo y, por supuesto, el amor.

Con la informática de fondo, una tormenta blanca increíble y una casa de cuento, nos transporta al mundo de Kate, del que nos hace partícipes.

Sus descripciones consiguen que el lector pasee por el maravilloso jardín de un ruinoso edificio, o saboree las mejores tortitas y un pan recién hecho, al calor de una casa con tres chimeneas.

Los personajes secundarios son fabulosos, dando giros inesperados.

Es, en resumen, una lectura muy agradable y que me invita a volver a leer a esta autora.

Muy recomendable.