martes, 11 de julio de 2017

Almudena cumple seis meses

Almudena, la que lleva mi nombre y el de su madre, mi tercera nieta, ha cumplido seis meses.

La ilusión vivida cuando fui abuela por primera vez, con Victoria, se vio colmada cuando nació Manuela, hija de mi hijo, tan diferente,
pero tan querida.

Al nacer la tercera, con una diferencia de dos años con la mayor, las comparaciones estaban servidas. Teníamos muy reciente lo de las otras dos.

Pero en seis meses se ha ganado su espacio.

Es una niña grande, con una cara preciosa, pelo rubio, ojos claros y una sonrisa que derrite.
Además es tan buena, que se nos olvidaba que estaba, y  las otras dos polvorillas acaparaban toda nuestra atención.

Ahora, que empieza a emitir sonidos para hacerse notar, y a darse cuenta de que se está muy a gusto en brazos, tenemos que dividirnos para hacerla partícipe de nuestras vidas, más allá de sus necesidades vitales.

Se ríe en cuanto ve a su hermana y la sigue con la mirada, mueve mucho las manos, le molesta el sol, el viento y el ruido del mar, pero le encanta rebozarse en la arena y tocar el césped.

Tiene una relación especial con su madre, recíproca. Nota cuando se va de casa y empieza a llorar desconsoladamente. Ahora ya hemos aprendido a calmarla pero, hasta hace poco, la dependencia era absoluta.

El tiempo pasa muy rápido, demasiado, por eso procuro disfrutar al máximo de esta felicidad que ha supuesto para mí ser abuela por triplicado.


Continuará…

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