domingo, 21 de febrero de 2016

Querida Manuela

Querida Manuela:
Llegaste a nuestras vidas hace ahora tres meses, cuando todavía faltaban unos días para la fecha prevista, pero decidiste que no querías esperar más. Te apetecía ser escorpio, como tu abuela.
Naciste tan pequeña, con unas piernecitas tan delgadas, que nos parecía imposible que pudieses llegar a ser un bebé rollizo.
Tu madre se desvivió, día y noche, para que comieses todo y más, hasta que consiguió que superases los tres kilos.
¿Como una personita tan pequeña puede tener pendiente de unos gramos a toda la familia?

Pero todo esto ha quedado atrás.

Ahora eres un bebé con mofletes, comilona, con un buen llanto que se hace notar cuando algo no te gusta, como por ejemplo tu cuna. Con la ilusión que te la regaló tu tía, y que poquito la estás utilizando. Es mucho más calentito y mucho más amoroso dormir con mamá y papá, eso lo tienes clarísimo.
Ya te ríes, conoces, haces muecas, levantas la cabeza, te fijas en la televisión y más cosas que no enumero para que no piensen que me nubla la pasión de abuela.
Sólo quería dedicarte esta carta, para que la tengas de recuerdo, porque ya me irás conociendo y sabrás la importancia que le doy a los recuerdos y a las tradiciones.
Un beso muy fuerte.
Tu abuela.

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